HISTORIA NO CONTADAS DE PERSONAJES DE LA MÚSICA.
Cabello largo suelto, blusa negra entallada, brazos fortísimos, pómulos duros como acero, piernas largas y escote desatornillante.
Con un ventilador colgando el efecto huracán en su melena, la francesa Katrin Quinol bailaba en el video de «Ride on Time» como aspa de licuadora, demostrando ante millones de televidentes cómo se activan los setecientos músculos del cuerpo. La sinfonía dance de Black Box, proyecto concebido por los italianos Daniele Davoli, Valerio Semplici y Mirko Limoni, no solo conquistó miles de pantallas con aquel clip y esa voz rugiente, también trepó en los listados hasta alcanzar la cúspide en Reino Unido. Engulléndose por completo el verano, acabó siendo el sencillo más vendido de 1989 en la isla.
Uno de esos telespectadores era Loleatta Holloway, mujer de cuarenta y tres años que pasaba decenas de horas aferrada a la programación de MTV para ver cuántas veces al día se rotaba el video de «Ride on Time», con aquella despampanante negra de un metro ochenta y dos, cadereando a mil por hora. Con particular morbo, Loleatta revisaba los labios y gestos de Katrin, relegando a un segundo plano sus cabellos indomables, su contoneo y esos brazos torneados que maravillaban a medio planeta.
Su fijación tenía un sustento. «No me causa problema que alguien samplee mis discos, pero sí hay conflicto cuando no me dan crédito. Una banda llamada Black Box sampleó mi tema ‘Love Sensation’ (1980), cambiaron el nombre y modificaron la canción a tal grado que sonaba a una nueva canción, todavía con mi voz», expresaría Holloway años después. «Hay fenómenos que aparecen y se mantienen en el número uno durante dos semanas; ese tema acumuló seis semanas y ahí estaba yo, sentada día tras día, viendo el televisor, mirando cómo esta chica hacía pantomima y se llevaba el crédito con mi canción».
“Katrin Quinol era novia del dueño de un club y hacía un show de cabaret en el que imitaba y cantaba un poco. Encajaba totalmente, y siempre supo cuál era su papel”, reconocería Davoli a su vez.
En septiembre de 1990, el diario estadounidense Newsday publicó el artículo «Black Box: Viviendo entre dudas«, con la pregunta introductoria «¿Es real su cantante?» El texto exponía la defensa de Katrin («Quinol admitió que no cantó en ‘Ride on Time’, pero aclaró que sí lo hizo en el resto del disco Dreamland«) y a la vez aglutinaba varios escándalos en común de aquel inicio de década, protagonizados por Milli Vanilli, Technotronic y SNAP!, grupos que usaban voces ajenas sin acreditarlas ni mostrar los respectivos rostros.
En el remate de la nota, una mujer distinta a Loleatta hacía su propio reclamo: «Me enoja esto porque he estado mucho tiempo en el negocio. La gente sabe quiénes somos; saben nuestro tamaño. Somos mujeres de grandes dimensiones, y cuando una damisela flaca se hace pasar por una gran cantante, es insultante para nosotras«. Así, Martha Wash, cantante de las extintas The Weather Girls y quien se encargó del grueso de las vocales del álbum Dreamland, echó por tierra los dichos de Quinol.
En 2015, la escultural Katrin reveló un poco de lo que se fraguó veinticinco años antes en el cuartel general de Black Box: «Yo creí que los chicos me llevarían a la sala de grabación para cantar los temas del disco, pero cuando llegué todo estaba hecho. Y cuando empecé a entender toda la situación, quise usar mi propia voz, pero ya era demasiado tarde: el grupo era un éxito total. Quedé atrapada. ‘Ride on Time’ se volvió el sencillo más lucrativo en Reino Unido. Fue imposible parar todo eso».
Como sucede con las aeronaves siniestradas, la confesión de Katrin equivalió a abrir la caja negra.
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